Ella tenia 13 años y siempre recorría el mismo camino hacia la escuela. Se sentaba en aquel camión y observaba desde la ventana las mismas imágenes todos los días, saludaba a la misma gente y oía la misma música. Hasta que le arrebato las ganas de hacer algo mas allá de la rutina. Cerro sus ojos y empezó a imaginar un mundo espectacular. Donde todo era diferente a lo que ella siempre había visto. Fue lo que ella siempre quiso vivir. Llego su parada, abrió los ojos y siguió su repetido camino.
Al día siguiente, subió al camión y lo primero que hizo fue cerrar los ojos para que su viaje fuera eterno. Ella soñaba con un mundo diferente, pero lector, que es un mundo diferente? Para ella era algo que llenaba su interior con su exterior y le creaba felicidad, era algo fuera de lo común. Llego a su destino. Abrió sus ojos y volvió a seguir su camino.
Todo el día pensaba en ese viaje. Lo esperaba con ansiedad, quería que pasara el tiempo y fuera mañana para poder volver a soñar. Al momento que cerraba sus ojos, movía sus manos de una forma muy peculiar, como si hiciera olas con sus dedos, tarareaba una canción desconocida y reía algunas veces a carcajadas. Era un vicio estar en ese camión.
Un día decidió hacer algo para que nunca parara su ilusión. En aquella mañana muy temprano. Tomo su mochila de colores, se sentó en el camión de lado de la ventana como regularmente lo hacia. Cerro sus ojos y decidió nunca mas volver a abrirlos.
